Me parece muy bien que el que ha abandonado la fe católica pueda darse de baja de la institución a la que sólo pertenece de nombre, porque su nombre figura en un registro. Imagínense que existe alguna persecución contra los católicos y se produce un ataque contra los que están registrados en los archivos de las iglesias. Estoy seguro que muchos de los registrados dejaron de hecho de ser católicos. ¿Se les consideraría mártires? ¿Se les beatificaría?